Con sólo mirar estas imágenes, es fácil ver que la vida debajo del agua es diferente. Las distorsiones extrañas y brillantes de los líquidos revelan que hay todo un mundo nuevo de encanto misterioso.

Los ojos de nuestros ancestros más primitivos cambiaron drásticamente cuando dejaron el agua y fueron a la tierra; como consecuencia de ello, debajo del agua no vemos tan bien como ellos. A menos que tengamos máscaras o antiparras, el mágico mundo submarino se ve borroso y difícil de distinguir. Aun con la ayuda de tubos y traje de buceo, hay un límite de tiempo que podemos pasar debajo de las olas. Pero la fotografía subacuática, cuando se la hace bien, nos permite ver este mundo con absoluta claridad todo el tiempo que queramos. Para los fotógrafos, el desafío es el agua misma, una sustancia mucho más densa que el aire, que desatura el color y reduce el contraste y la claridad.

El agua es parte de la vida; nuestros cuerpos son 60% agua y, con cada gota de agua que bebemos, reforzamos nuestra conexión con los océanos en los que alguna vez vivimos. Por nuestra dependencia del agua, muchas veces ella simboliza la vida en la ficción y la cultura pop. También es un símbolo de renacimiento, salud y rejuvenecimiento. Por su capacidad para facilitarnos los viajes, se la ha asociado durante mucho tiempo con el misterio, y nos ha conectado con partes desconocidas. Y mucho antes de que tuviéramos las herramientas para explorar seriamente el mundo subacuático, nosotros creamos historias de hazañas audaces en el mar y de monstruos y sirenas que vivían en sus profundidades.

Las imágenes de personas bajo el agua remiten bastante a anhelos: gente contenta disfrutando de vacaciones, viajes o su jubilación. Estas imágenes, que muestran personas de cualquier edad marcando un logro de su lista de “cosas para hacer antes de morir” o adoptando un estilo de vida saludable y activo, son adecuadas no sólo para campañas de viajes sino para proyectos financieros y de salud.